“El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes”. Deut. 31:8
La promesa de este versículo fue dada a Josué, cuando recibió la responsabilidad de guiar al pueblo de Dios hasta la tierra prometida.
Hoy podemos hacer nuestra esta promesa. No importa si el panorama en nuestras vidas no se ve alentador. Tal vez nuestros enemigos parecen gigantes invencibles, las enfermedades, los problemas económicos, etc. A lo mejor las personas más cercanas no nos dan el apoyo que esperamos. O quizás la lucha es con nosotros mismos, con nuestras adiciones, debilidades, miedos o pecados.
No olvidemos nunca que Dios estará ahí, al frente. Nunca nos abandonará, siempre que le permitamos guiar nuestra vida y mantengamos la fe en sus promesas. Recibamos la bendición que Dios hoy tiene para cada uno de nosotros.
Área de archivos adjuntos
